“La Escuela de Liderazgo Indígena Tomas Paniri se está consolidando como uno de los proyectos más emblemáticos a la hora de propiciar el desarrollo de los jóvenes indígenas, por cuanto a través de la entrega de información y de otras herramientas, hemos logrado motivar e inspirar a quienes están llamados a fortalecer la construcción de una mejor comunidad”, sostuvo Erwin Ojeda Copaira, coordinador general de la iniciativa impulsada por la Comunidad Indígena Quechua de Quipisca y patrocinada por la Dirección de Vinculación de la Universidad Arturo Prat de Iquique.
“En esta primera versión las clases, exposiciones y charlas que se centraron en temas históricos y en los procesos políticos en los cuales se han ido haciendo parte a las comunidades indígenas, participaron quince mujeres y siete hombres de diferentes rincones del país, pues además de los hermanos y hermanas de Alto Hospicio, Pozo Almonte e Iquique, se sumaron interesados de Arica, Antofagasta, Calama y Santiago”, comentó el Trabajador Social, quien advierte que aún quedan materias pendientes para mejorar la experiencia del espacio de recopilación de experiencias relacionadas con los pueblos originarios.
“Si bien la pandemia afectó de cierta forma la manera de relacionarnos, debemos dejar en claro que el objetivo de co-construcción de conocimiento entre la academia y los jóvenes se ha cumplido, aunque claramente debemos introducir mejoras, como generar mayores posibilidades para que los participantes puedan interactuar activamente en las actividades”.
De igual forma, el coordinador explicó que al tratarse de una primera aproximación, existen muchos temas que podrían ser tratados con mayor profundidad y que, de seguro, formarán parte de las futuras escuelas comunitarias.
“Uno de los temas principales que los jóvenes demandan tiene que ver con la historia andina en la región, dado que conociendo el pasado de esta cultura podemos comprender el presente y planificar el futuro de las diferentes comunidades andinas en nuestra región”, dice Ojeda Copaira, quien suma otras aristas: la desigualdad territorial en el norte grande del país, la educación intercultural y el empoderamiento de la mujer indígena.
“Todos estos aspectos están siendo analizados para poder convertir las futuras versiones en actividades didácticas que permitan una participación mucho más activa de los miembros de las escuelas, transformando estos mismos espacios en algo más que solo una exposición explicativa de diversos temas. Algo que sin dudas mejorará el aprendizaje y generará los cambios que se deben hacer desde el territorio”.
En este sentido, agregó que a la diversidad de expositores, entre los que se encontraban premios nacionales de historias y exponentes del Estado Plurinacional de Bolivia, es muy probable que se acoplen miembros de la Plataforma Diversidad Biocultural y Territorios dependiente de la Unión Europea.
“Se trata de un grupo de instituciones, organizaciones y personas que impulsan dinámicas territoriales sostenibles, inclusivas, competitivas y resilientes, por lo que el hecho de fijarse en nuestro esfuerzo es todo un lujo, Ahora, que quieran generar una alianza y proyectarla en países como Bolivia, es un espaldarazo tremendo”.
Despertar compromiso
El presidente de la comunidad indígena Quechua de Quipsica, Wilfredo Bacian Delgado, se mostró satisfecho por los resultados de la primera escuela de formación realizado conjuntamente con la Unap, pues considera que el objetivo de despertar el compromiso de articulación y trabajo en red se ha logrado con éxito.
“Buscábamos que ellos conocieran más sobre el rol protagónico de los jóvenes en las movilizaciones que han tenido los pueblos originarios a lo largo de la historia latinoamericana, lo que ya ha sido asimilado y ha generado conductas positivas que esperemos se transformen en aportes que puedan realizar desde sus propias aptitudes para el desarrollo comunitario”, señaló Bacian, quien cuenta que este tipo de acciones combaten el desinterés y transforman la apatía en una masa crítica de jóvenes que adquieren mayores grados de pertenencia con el territorio.
“Si la lucha y la historia, entendiendo aquí los ritos y las tradiciones que nos legaron nuestros abuelos y nuestros antepasados, no nos sirviera de inspiración para continuar defendiendo los principios del Sumaq Kawsay, el buen vivir, estaríamos en un plano muy triste, pero afortunadamente es este tipo de iniciativas cargadas de dignidad, identidad y educación son claves para fortalecer la construcción colectiva con participación real y efectiva”.
Aprender y revalorizar
Elena Bacian calificó su paso por la Escuela de Liderazgo como una instancia de aprendizaje y revalorización, ya que además de asimilar la cantidad de hechos históricos que han marcado los desplazamientos, a veces forzados, de sus antepasados, concuerda que junto a sus compañeros de curso lograron asignar una mayor valía a los actos realizados en nombre de los pueblos originarios.
“Por muchos motivos es muy común que los jóvenes indígenas no tengamos cierto conocimiento de la realidad que se está viviendo en nuestro país con relación a los pueblos originarios, una preparación que nos permite entender, tomar cartas en los asuntos y organizarnos para hacer valer nuestros derechos y asumir los deberes necesarios para forzar los cambios, pues nos queda claro que los cambios dependen única y exclusivamente de la actitud y compromiso que tengamos nosotros, los más jóvenes”.
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